Doña Thelma Castillo de Quijano fue alma consagrada al culto de Nuestra Señora de Guadalupe.   Un espíritu generoso, caritativo, entregado a las causas de los más necesitados.  Dama sencilla, afable, magnánima, siempre dada a la cálida sonrisa y al trato humano y solidario.  Innumerables son las dotes y cualidades que engrandecieron la singular personalidad de doña Thelma, y que ella supo transmitir a sucesivas generaciones de Damas Guadalupanas, quienes inspiradas en su entrega y liderazgo, hemos continuado su legado a lo largo de estos setenta años de historia.

A su empeño, abnegación y convicción debe esta agrupación su nacimiento y consolidación.  Fue ella quien, con un grupo de distinguidas damas de nuestra sociedad de manera decidida y visionaria, emprendieron el camino de la entrega de la mano de la patrona de América: Nuestra Señora de Guadalupe.  Insigne socia fundadora quien se mantuvo activa y asistiendo a nuestros eventos, ya cercano su centenario y hasta que su salud se lo permitió.

Doña Thelma ocupó la presidencia de la asociación en el periodo de 1955; fue creadora de diversos programas benéficos, los que aún hoy día continúan siendo programas emblemáticos.   Entre los que cabe mencionar: El Campamento Guadalupano de Verano en el Valle de Antón, el Concurso Pictórico, de Oratoria y Dramatización a nivel nacional sobre la Virgen de Guadalupe, y las actividades de primera comunión.  Creó el Festival de Debutantes, evento que permite a la Asociación financiar todos sus programas de ayuda social.

Producto de su incansable labor social fue merecedora de distinción nacional al ser honrada con la Orden Manuel Amador Guerrero en el grado de Comendador, ello gracias a su prolongada y relevante actividad en la gestión y desarrollo de programas benéficos a través de esta asociación.

Esta agrupación de damas católicas se ha edificado gracias a sus enseñanzas y ejemplos de vida, se ha inspirado en su cálida palabra, en su imbatible espíritu y su estimable distinguida presencia.  Por lo que, en estos momentos de humano pesar, al habernos abandonado su presencia física y haber sido llamada al seno del Todopoderoso, nos resta continuar dignificando su recuerdo, honrando su memoria, rindiendo tributo a su espíritu generoso manteniendo viva la llama de su alma, redoblando nuestro trabajo y esfuerzo por enaltecer la asociación y mantener vivo su ejemplo para las generaciones que nos sucederán.  Su alma continuará nutriendo la savia de esta asociación.

Ha sido su espíritu, que cobijado por el manto de Nuestra Señora de Guadalupe ha inspirado a esta asociación a lo largo del tiempo y continuará iluminándonos en este peregrinaje terreno en pos de la virtud.   Mucho de la grandeza de esta asociación descansó sobre sus frágiles, pero grandiosos hombros en su estatura de persona magnánima y de convicciones, capaz de imprimir un liderazgo que trasciende.

Nuestra sentidas muestras de condolencia a su hija Dama Guadalupana y expresidenta, Sra. Thelma Quijano de Orillac; a su hijo, Sr. Guillermo Quijano; su nuera, la Dama Guadalupana Sra. Mery Durán de Quijano; nietos, bisnietos y demás familiares.

Como Guadalupanas nos unimos en un solo haz de voluntades para elevar al cielo nuestra plegaria por su descanso eterno, a la vez que el agradecimiento a Dios por habernos permitido tenerla entre nosotras por tantos años.  Citando el lema Guadalupano que nuestro: ¡AMOR y UNIÓN la acompañen hasta la eternidad!

ASOCIACIÓN DE DAMAS GUADALUPANAS